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viernes, 8 de noviembre de 2024

Lo más azul del río

Contigo regresaré a esta ribera,

contigo iré a lo más azul del río 

de antiguas madres creadoras de infortunios, 

porque para ti soy un terrón humano,

posees mi maíz,

juegas con mis pobres huesos ensimismados,

resignados a la hierba

de mis campos cálidos

como un grito de guerra,

dama de la tierra,

¿me devolverás mis sueños obstinados?,


Eres la dueña de mi sombra,

labradora de la tierra de mi semilla 

de la luz del horizonte, 

plantaremos la semilla, 

cercana a la casa grande 

y, cuando regrese,  

tendré el coraje 

de ver tu rostro de máscara, 

espero que no me destierres,

espero que me tengas en tu libro de las incógnitas

como dos amantes que juntan sus manos de plomo

para una boda de piedra. 

recordaré el crepúsculo 

de las madres ausentes como un bosque quemado. 


Encontraré este misterioso río inmóvil

de besos afilados como una hiena,

tendré que odiarte

luego te amaré de nuevo, 

señora de los campesinos, 

me habituaré a lo grosero 

de las ferias de ganado,

como tu rostro digno

de marisma de sueños 

donde medrará el germen humano

y la bondad vital, 

honda sacerdotisa de esta tierra.


Patria

Mi patria,

tierra húmeda e infinita, 

son los callados hombres del bosque, 

es la dama de la sombra

que cuida de mis destinos,

quizás sea eterno,

quizás pueda amar a mi consorte.


Tendré que luchar

por un pedazo de tierra 

cuando la madre se vaya

con su azabache y su lacre,

o me afincaré en un páramo 

impropio de mí,

lejos de la amante,

esa hiedra que crece y crece y crece

hacia a lo inclemente y lo primigenio

en esta tierra de presagios, 

la ceniza está en mis ojos 

como un animal ciego y testarudo

que husmea las trampas humanas.


Regresaré a los ríos de la juventud, 

a los bosques habitados de siempre, 

me mantendré en pie, 

las pierna fuertes hundidas 

en este lodazal de inclemencias

vieja patria, 

raza de mi vida.

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